martes, 13 de enero de 2015

BDSM...¿QUE ES EXACTAMENTE?

BDSM, táctica milenaria que todo el mundo sabía que existía pero por la que nadie se preocupó hasta ahora que la han puesto de moda la trilogía de la que todo el mundo habla: 50 Shades of Grey. Pero este modo de ver el sexo no consta sólo en pegarse entre unos y otros hasta ponerte los cachetes del culo rojo porque eso es lo que les gusta, es mucho más complejo y requiere incluso de un cierto aprendizaje.
Las letras que componen BDSM vienen cada una de una práctica: B refleja elbondage, las ataduras o cuerdas para mantener a la pareja inmovilizada; D define al dominante del dúo o grupo, sin dejarnos atrás a las/os sumisas/os; S y M interpretan la relación sádica masoquista que se contempla dentro de la práctica.
El BDSM como tal es un modo diferente de ver el sexo. No se basa en que un día te levantas, te compras un látigo y miras a tu pareja de forma sugerente diciendo “hoy vas a gritar de placer”, ni mucho menos. Es un sexo disciplinado en el cual se combina el placer sexual con el dolor, los cuales están muy ligados y comparten muchas zonas nerviosas de nuestro cuerpo.


Para empezar, una relación basada en el BDSM comienza con un acuerdo entre ambas partes en el cual se establecen los límites de cada uno de los individuos (o como aparece en la novela de 50 Sombras, un contrato previamente firmado). Aquí se establecen las pautas para que cada uno diga qué busca en la relación y qué no sería capaz de soportar.
Lo más importante de este acuerdo es la palabra de seguridad, a la que se puede recurrir en el caso de que se quiera parar el acto sexual sin que importe el motivo. Esta palabra debe estar sacada de contexto durante el sexo, es decir, no deben ser palabras como “para” o “duele” porque podemos usarlas en muchas frases dentro de la relación.
Debe de ser una palabra sin ningún tipo de enlace sexual y bien identificada por ambos, como el nombre de tu suegra o tu red social favorita, por ejemplo.
Es muy importante tener esta palabra en cuenta, porque tratándose de una práctica en la cual está incluida la agresión consentida, se nos puede ir la mano o emocionarnos de tal manera que no nos damos cuenta que hemos pasado esa línea marcada en el acuerdo, por tanto es imprescindible.
También es obligatorio recordaros que si hay algo que no os gusta, no os hace disfrutar o que os hace daño y después de comunicárselo a vuestra pareja lo sigue haciendo, el acuerdo pactado anteriormente se ha roto y deja de ser una relación BDSM para pasar a ser maltrato. Esto es denunciable y hay que declararlo en las organizaciones correspondientes.
La práctica del BDSM no es sinónimo de agresión en ningún momento, sino de dolor controlado. Siempre dentro de unos límites fijados y no debe ser símbolo de sufrimiento, sino de descubrir otro lado del sexo que nos puede proporcionar placer de un modo distinto.
Dibujo BDSM, ¿En qué se basa?
A parte del bondage y los látigos, encontramos infinidad de artículos muy excitantes para todos aquellos que disfruten de estas técnicas, como collares, infinidad de ataduras, columpios, máscaras y sobre todo, la ropa y lencería tipoleather. En próximos artículos os contaré con más detalle lo que podéis encontrar en el armario de una dominatrix.

Para terminar, recordaros que una relación BDSM es totalmente saludable y consentida, puede estar más bajo control que cualquier relación cotidiana gracias a sus acuerdos y límites, así que no os privéis en intentar implementarla en vuestra vida de pareja si os llama la atención estás prácticas, puede sorprenderte gratamente.

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